Nueva imagen de los pilares de la creación

pilares de la creacion
Los Pilares de la Creación en la vista de luz infrarroja cercana del telescopio espacial James Webb de la NASA. Los pilares parecen arcos y columnas que emergen de un paisaje desértico, pero están llenos de gas y polvo semitransparentes, y están en constante cambio. Esta es una región formadora de estrellas jóvenes. 
Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI; Joseph DePasquale (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI), Alyssa Pagan (STScI).


El Telescopio Espacial James Webb de la NASA ha capturado un paisaje exuberante y muy detallado, los icónicos Pilares de la Creación, donde se están formando nuevas estrellas dentro de densas nubes de gas y polvo. Los pilares tridimensionales parecen formaciones rocosas majestuosas, pero son mucho más permeables. Estas columnas están formadas por gas y polvo interestelar frío que, a veces, parece semitransparente en la luz del infrarrojo cercano.

La nueva imagen de Webb de los Pilares de la Creación, que se hicieron famosos por primera vez cuando fueron fotografiados por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA en 1995 y luego en el 2014, ayudará a los investigadores a renovar sus modelos de formación de estrellas al identificar un conteo mucho más preciso de estrellas recién formadas, junto con las cantidades de gas y polvo en la región. Con el tiempo, comenzarán a desarrollar una mejor comprensión de cómo se forman las estrellas y cómo brotan de estas nubes de polvo durante millones de años.


Izquierda: imagen del telescopio espacial Hubble de la NASA de 2014 que revelar una vista amplia y nítida en la luz visible. A la derecha: una nueva vista de luz infrarroja cercana del telescopio espacial James Webb de la NASA, nos ayuda a ver más a través del polvo en esta región de formación estelar. Los pilares marrones gruesos y polvorientos ya no son tan opacos y aparecen muchas más estrellas rojas que todavía se están formando.
Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI; Joseph DePasquale (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI), Alyssa Pagan (STScI)

Las estrellas recién formadas son las que se roban el show en esta imagen de la cámara de infrarrojo cercano de Webb (NIRCam). Estos son los cuerpos de color rojo brillante que normalmente tienen picos de difracción y se encuentran fuera de los pilares polvorientos. Cuando se forman centros con suficiente masa dentro de los pilares de gas y polvo, comienzan a colapsar por su propia gravedad, se calientan lentamente y eventualmente forman nuevas estrellas.

¿Qué hay de esas líneas onduladas que parecen lava en los bordes de algunos pilares? Estas son eyecciones de estrellas que aún se están formando dentro del gas y el polvo. Las estrellas jóvenes lanzan periódicamente chorros supersónicos que chocan con nubes de material, como estos gruesos pilares. Esto a veces también da como resultado choques de proa, que pueden formar patrones ondulados como lo hace un bote cuando se mueve a través del agua. El brillo rojizo proviene de las moléculas energéticas de hidrógeno que resultan de los chorros y choques. Esto es evidente en el segundo y tercer pilar desde arriba: la imagen de NIRCam prácticamente pulsa con su actividad. Se estima que estas estrellas jóvenes tienen solo unos pocos cientos de miles de años.

Aunque puede parecer que la luz del infrarrojo cercano ha permitido a Webb "perforar" las nubes para revelar grandes distancias cósmicas más allá de los pilares, casi no hay galaxias en esta vista. En cambio, una mezcla de gas translúcido y polvo conocido como el medio interestelar en la parte más densa del disco de nuestra galaxia, la Vía Láctea, bloquea nuestra vista de gran parte del universo más profundo.

Esta escena fue fotografiada por primera vez por el Hubble en 1995 y revisitada en 2014, pero muchos otros observatorios también han observado profundamente esta región. Cada instrumento avanzado ofrece a los investigadores nuevos detalles sobre esta región, que está prácticamente repleta de estrellas.

Esta imagen muy recortada se encuentra dentro de la gran Nebulosa del Águila, que se encuentra a 6,500 años luz de distancia.



Basado en artículo de NASA.


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