Naciones Unidas envía un SOS: Urge limitar calentamiento global a 1.5°C

Por Mark Howden y Rebecca ColvinAustralian National University



National Renewable Energy Lab/FlickrCC BY-NC


Un informe histórico del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, encargado en la cumbre de 2015 para el seguimiento del acuerdo sobre el clima de París, describe lo que está en juego en la apuesta mundial por limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5℃. El informe, recién publicado, establece las principales diferencias prácticas entre los dos objetivos del Acuerdo de París: limitar el aumento del calentamiento global inducido por el hombre a un nivel muy inferior a 2℃, y “proseguir los esfuerzos” para limitar el calentamiento a 1.5℃.

Con dos años y medio de preparación, el informe proporciona información vital sobre si el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París es realmente alcanzable, cómo será el futuro si se cumple, y los riesgos y recompensas de llegar a ese objetivo.

He aquí cinco preguntas clave a las que el informe da respuesta.

¿Podemos limitar el calentamiento a 1.5℃?


No hay respuesta contundente, positiva o negativa, a esta pregunta. En pocas palabras, no es imposible que el calentamiento global se limite a 1,5℃ pero lograrlo será un gran desafío.
Si queremos limitar el calentamiento a 1.5℃ debemos reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 45% para el año 2030, llegando a casi cero hacia el año 2050.

Que tengamos éxito depende principalmente de la rapidez con que los gobiernos y los organismos internacionales tomen medidas para reducir las emisiones. Sin embargo, a pesar de la urgencia, los planes gubernamentales tras el Acuerdo de París no son suficientes para permanecer dentro de un límite de temperatura de 3℃, y mucho menos de 1.5℃.





Fuente: Australian Academy of Science.

El calentamiento global no es sólo un problema para el futuro. Su impacto ya se están sintiendo en todo el mundo, con disminuciones en el rendimiento de los cultivos, la biodiversidad, los arrecifes de coral y el hielo marino del Ártico, y aumentos en las olas de calor y las lluvias torrenciales. El nivel del mar ha aumentado 40.5 mm en el último decenio y se prevé que siga aumentando durante los años venideros, incluso si todas las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeran a cero inmediatamente. El control del clima ya es imprescindible.

Una acción rápida es esencial y los próximos diez años serán cruciales. En 2017, el calentamiento global alcanzó 1℃. Si el planeta continúa calentándose al ritmo actual de 0.2℃ por década, llegaremos a 1.5℃ de calentamiento hacia 2040. Con las tasas de emisiones actuales, en los próximos 10 a 14 años hay dos tercios de posibilidades de que hayamos agotado todas las emisiones de carbono acordadas para mantener el límite de 1.5℃.

¿Cómo podemos limitar el calentamiento a 1.5℃?


El informe dice que se necesitará un cambio “transformador” para limitar el calentamiento a 1.5℃. La realidad, como suele ocurrir, irá por otro lado. Las emisiones mundiales de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero deben llegar a cero en todo el mundo hacia 2050. La mayoría de los economistas dicen que ponerle precio a las emisiones es la manera más eficiente de hacerlo.

Para 2050, entre el 70 y el 85% de la electricidad mundial deberá proceder de fuentes renovables. La inversión en tecnologías de bajo consumo de carbono y eficiencia energética tendrá que duplicarse, mientras que la inversión en la extracción de combustibles fósiles tendrá que disminuir alrededor de una cuarta parte.


La agricultura sostenible es una parte importante en la estrategia de reducción de las emisiones de carbono. CIFOR/FlickrCC BY-NC





La tecnología de eliminación de dióxido de carbono también será necesaria para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Pero el informe del IPCC advierte que depender demasiado de esta tecnología sería un riesgo importante, ya que no se ha utilizado antes a una escala tan grande. La eliminación del dióxido de carbono ha de ser un paso adicional que puede ser necesario para mantener el calentamiento a 1.5℃, pero no una excusa para seguir emitiendo gases de efecto invernadero.

Las decisiones sobre producción, consumo y estilo de vida también desempeñan un papel importante. La reducción de la demanda de energía, la mejora de la eficiencia en la producción de alimentos, la elección de alimentos y otros bienes de consumo con menores emisiones y el mejor aprovechamiento del uso de la tierra contribuirán de manera significativa.

Hacerlo tan pronto como sea posible será enormemente beneficioso. Cuanto antes empecemos, más tiempo tendremos para alcanzar el objetivo de emisiones cero. Actuar a tiempo significará una transición menos drástica y un menor coste neto global. Cualquier retraso provocará más prisas, costes más elevados y un aterrizaje más difícil.

La reducción rápida de las emisiones también garantizará que el calentamiento se limite lo antes posible, lo que reducirá el número y la gravedad de las consecuencias. Sin embargo, aún así habrá consecuencias severas, incluso si el calentamiento se limita con éxito a 1.5℃

¿Cuál es el costo del aumento de 1.5℃?


Aunque el Acuerdo de París pretende mantener el calentamiento global lo más cerca posible de 1.5℃, eso no significa que sea un nivel “seguro”. Las comunidades y los ecosistemas de todo el mundo ya han sufrido consecuencias significativas por el calentamiento de 1℃, y los efectos de un incremento de 1.5℃ serán aún más severos.

La pobreza y las desigualdades aumentarán a medida que las temperaturas suban a 1.5℃ Las islas, deltas y líneas de costa bajas son particularmente vulnerables, con un mayor riesgo de inundaciones y amenazas a los suministros de agua dulce, infraestructuras y medios de subsistencia.

El calentamiento a 1.5℃ también supone un riesgo para el crecimiento económico mundial, ya que los trópicos y los subtrópicos meridionales son los más afectados. Los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, olas de calor y sequías, serán más frecuentes, graves y generalizados, con los consiguientes costes en términos de atención sanitaria, infraestructuras y respuesta a los desastres.

Los océanos también sufrirán en un mundo más caliente. Se espera que el calentamiento y la acidificación de los océanos afecten a la pesca y la acuicultura, así como a muchas especies y ecosistemas marinos.


Los arrecifes de coral se están degradando en todo el mundo. OIST/FlickrCC BY
Se prevé que hasta el 90% de los arrecifes de coral de aguas cálidas desaparecerán cuando el calentamiento global alcance 1.5℃ Será una situación nefasta, pero mucho menos grave que si se alcanza una subida de 2℃. En este caso la destrucción de los arrecifes de coral sería casi total (más del 99% de destrucción).

¿Cómo se compara el incremento de 1.5℃ al de 2℃?


El impacto en los sistemas humanos y naturales sería muy diferente si el calentamiento se cifra en 1.5℃ en lugar de en 2℃. Por ejemplo, limitar el calentamiento a 1.5℃ reduciría aproximadamente a la mitad el número de personas que sufrirán de escasez de agua.

Los mares subirán 10 cm más durante este siglo con un calentamiento de 2℃. Esto significa que limitar el calentamiento global a 1.5℃ salvaría a 10,4 millones de personas de las consecuencias de la subida del nivel del mar.

En 1.5℃ en lugar de 2℃:
  • Hasta 427 millones de personas menos sufrirán escasez alimentaria y de agua, amenazas climáticas e situaciones adversas para la salud.
  • Se reducirán los fenómenos meteorológicos extremos, las muertes y enfermedades relacionadas con el calor, la desertificación y la extinción de la fauna y la flora silvestres
  • Será mucho menos difícil alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, incluidos los relacionados con el hambre, la pobreza, el agua y el saneamiento, la salud, y las ciudades y los ecosistemas.

¿Cómo encaja la meta 1.5℃ con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?


Los Objetivos de Desarrollo Sostenible apuntan a un mundo en el que las personas puedan estar sanas, ser financieramente estables, estar bien alimentadas, tener aire y agua limpios y vivir en un entorno seguro y agradable. Buena parte de estos objetivos son compatibles con el objetivo de poner un tope al calentamiento global en 1.5℃, razón por la cual el IPCC señala que se producirán sinergias si las iniciativas de los SDG y la acción climática se vinculan de forma explícita.

Pero algunas estrategias climáticas pueden dificultar el logro de determinados objetivos de desarrollo sostenible. Los países que dependen en gran medida de los combustibles fósiles para la creación de empleo y riqueza pueden sufrir económicamente en la transición hacia una energía baja en carbono.

La gestión cuidadosa de esta transición, centrándose simultáneamente en la reducción de la pobreza y la promoción de la equidad en la toma de decisiones, puede ayudar a evitar los peores efectos del control del calentamiento. Lo que funciona en un lugar puede no funcionar en otro, por lo que las estrategias deben adecuarse a las circunstancias regionales.

¿Qué es lo próximo?


Limitar el calentamiento global a 1.5℃ requiere una importante transformación social que implica tomar medidas rápidas para reducir los gases de efecto invernadero. Los efectos del cambio climático continuarán transformando al mundo en que vivimos, pero no hay duda de que estaremos mucho mejor si limitamos a 1,5℃ el calentamiento global en lugar de a 2℃.

Las decisiones que estamos tomando hoy conforman el futuro de las próximas generaciones. Como el nuevo informe deja claro, si nos tomamos en serio el objetivo de 1.5℃, hemos de actuar ya.


Los autores agradecen la importante contribución a este artículo de Lamis Kazak, estudiante de Estudios Interdisciplinarios (Sostenibilidad) en la Universidad Nacional Australiana, como parte de una beca en Comunicación Científica en el Instituto de Cambio Climático.The Conversation

Mark Howden, Director, Climate Change Institute, Australian National University y Rebecca Colvin, Knowledge Exchange Specialist, Climate Change Institute, Australian National University

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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